viernes, 11 de julio de 2014

algo sobre el autismo (parte 1)



        I.            INTRODUCCIÓN

El trastorno del espectro autista se caracteriza por ser un cuadro complejo, en donde generalmente están afectadas tres áreas, en mayor o menor grado. Este fenómeno se llama la tríada autista (Ramírez, 2014) y consta de:
  • ·         Fallas significativas en la interacción social. (Le cuesta hacer amigos, le cuesta entender las reglas de juego, etc).
  • ·         Fallas en la comunicación. (algunos son no verbales, otros aprenden a hablar tarde)
  • ·         Inflexibilidad o fijación en temas cognitivos, intereses y comportamientos.
Adicional a las características antes descritas, es común ver en niños del espectro autista una alteración en la sensibilidad en alguno o algunos de sus sentidos. Audición, visión, olfato, gusto, tacto

Básicamente en 2 sentidos:
Hiper-sensibilidad: los estímulos se sienten aumentados
Hipo-sensibilidad: se estimulan constantemente
 
En los niños Hiper-sensibles podemos hacer la siguiente analogía, tomando en cuenta un niño con hiper-sensibilidad táctil. Imagínese que va a la playa y se broncea todo el día sin bloqueador, a la mañana siguiente alguien le toca el hombre. Esa sensación de dolor es similar a la que siente un niño autista cuando le toca otro ser humano, en caso de que este sea un rasgo sobresaliente. 
En los niños Hipo-sensibles podemos ver fenómenos como movimientos estereotipados de manos, ya que la sensación de la brisa en las manos los estimula, igual un niño que constantemente está haciendo un sonido.
Mucho del malestar del adulto, al trabajar con niños autistas, es por la falta de voluntad de ver la génesis o causalidad de las conductas propias del espectro autista. Estos niños pueden parecer rudos o malcriados cuando realmente están inconscientes de las pistas sociales de su entorno. Pueden tener pataletas, no sentarse tranquilos, no comparten juguetes, no dejan de interrumpir las conversaciones de adultos. Todo esto puede ser malinterpretado, pero al final del día debemos ver que ellos mismos sufren de igual forma con esto. Una de las formas en que sufren los niños, es la lejanía de los padres. Estos al sentirse rechazados por los hijos, se mantienen emocionalmente distantes.  Otro factor importante a tomar en cuenta es que los padres en algunas ocasiones rechazan el diagnóstico o buscan esperanzas en informaciones con poco rigor científico. Algunos de los enfoques “dietéticos” se han des-virtuado al punto de tomar el autismo como una especie de “virus” inmunológico que debe ser tratado y puede ser eliminado del cuerpo.

      II.            Neurología
Uno de los rasgos neurológicos más comunes en el espectro autista es la dificultad en la memoria de trabajo del niño. Esto hace que sea imperativo la repetición de la información nueva en reiteradas ocasiones para que pueda ser asimilada (Grandin & Panek, 2014).
Hay evidencias en la última obra de la Dra. Grandin sobre algunos  aspectos neurológicos y fisiológicos de consideración. Por ejemplo, mediante HDFT (High Definition Fiber Tracking) hemos visto “autopistas” neuronales hacia ciertas partes del cerebro que en una persona normal serían, por una analogía, una carretera de dos vías. Esto se refleja en capacidades superiores de procesamiento de la información que dichas áreas cerebrales están encargadas. Por otro lado, se ha visto que muchos niños autistas tienen el cerebelo más pequeño que la persona normal, dando como ello una torpeza motora y otros síntomas.  Hay evidencias de sobre- compensaciones en el desarrollo neuronal producto de las deficiencias, sobre todo en la matería blanca y las amígdalas. 

A pesar que hay muchas personas que desean pensar en el autismo como un "virus" o con un enfoque nutricional, la verdad es que las ultimas acciones médicas han demostrado que hay un componente biologico, estructural del autismo. La infraestructura cerebral es, inclusive, diferente a la de alguna persona normal. 
 
    III.            Tratamiento
Tomando en cuenta la información que recabamos, hay varios puntos importantes para abarcar en el tratamiento del autismo en el salón de clases. 
·         Debemos entender que pueden “aprender” diferente a los demás niños, y que muchas veces les puede costar entender dónde están en algún momento de la clase.  
·         Autistas visuales necesitaran ayudas visuales, los verbales necesitarán ayudas más verbales. Pero siempre concretas y en la medida de lo posible que sean manipulables.
·         Hay que decirle las cosas varias veces, pues la memoria de trabajo esta comprometida en estos niños.
·         Es importante, con estos niños, darle las instrucciones por adelantado. ADVERTIRLE sobre las transiciones a otras actividades o si deben realizar una tarea determinada O NO.
·          Es igualmente importante saber de que forma el niño aprende mejor. Ya sea visual, verbal o por patrones.
·         Tenga presente que conocer a un niño autista es “conocer a un niño autista”. No hay casos idénticos y la teoría muy pocas veces hace justicia  a la práctica. Sobre todo en casos de autismos en niveles 3 o 4 (funcionales)
·         El tratamiento más exitoso ha sido el de uno-a-uno con un tutor o adulto responsable.
·         La ansiedad y como es manejada por ellos, es un factor importante. Si el niño se pone ansioso PARE lo que está haciendo y ayúdelo a relajarse, incluso sáquelo del entorno o permítale un momento. De lo contrario, la situación solo irá en escalada.